Hoy es mi aniversario de boda. Hace 26 años me uní a mi esposo Jorge Alberto Pascual. Yo tenía 18 años el 28. Nos unimos con tantos sueños con tantas ilusiones disponibles a formar un hogar y tener una familia. Dispuesto luchar juntos y trabajar en unión ignoramos a todos los que decían que yo era aun muy joven para casarme. Ignoramos a todos los que no estuvieron de acuerdo con nosotros y decidimos que íbamos a poner todas nuestras energías en hacerle ver que tan equivocado estaban todos. Nos armamos de valor y comenzamos a escalar montañas con todos nuestros esfuerzos.
Llegaron las bendiciones a nuestras vidas con nombres y apellidos. Que feliz fuimos cuando nació nuestra primera hija Sara, Nos sentimos tan bendecidos tanto le agradecimos a Dios que nos la envió sin mucho esfuerzo, sana y saludable. Seguimos escalando montañas, enfrentando al mundo -- solos. Éramos tres y las montañas eran más grande. Cuando nació Yamiris aumento nuestra familia también crecieron las montañas. Le agradecimos mucho a Dios porque también Yamiris nació sana y saludable. Éramos una bonita familia, por ellas estábamos muy agradecido-- sabíamos la importancia de los hijos en el matrimonio y nos regocijamos con ellas. Nos concentramos en las muchachas y el bienestar de ellas. Llego Ambar con un baúl de alegría, decidimos que ya nuestra familia estaba completa. Pero las montañas no dejaron de crecer, poco después de que llegara Ambar yo tuve un accidenté automovilístico y mi vida cambio mucho. Perdí mucho cosas en ese accidente unas de ella la manera de ver la vida color de rosa, por primera vez en mi vida me di cuenta que no podía hacer todo por mi cuenta. Había alguien esperando ayudarme mas yo nunca lo utilicé, seguí escalando mis montañas.
Durante este tiempo nuestra vida comenzó a cambiar como pareja. Las montañas eran muy inmensas y no se podían escalar con facilidad. Yo era una joven madre de tres niñas perdí una gran parte de mi movilidad -- mas me empeñe en no buscar ayuda, yo lo iba hacer sola. Ese Alguien esperaba pacientemente mí grito de ayuda, yo lo seguía ignorando era meno complicado si lo hacia sola. El mundo se puso oscuro pero yo para adelante era una persona muy fuerte podía hacerlo, siempre hice todo por mi misma claro que podía hacerlo. Que ingenua fui en esa época de mi vida.
Las montañas nos consumían y ninguno de los dos lo admitía, comenzamos hacer cosas del mundo a herirnos sin necesidad porque era más fácil hacer eso que admitirnos que necesitábamos pedir ayuda. Nunca se pudo oír nuestro grito de ayuda pues nunca gritamos, los podíamos hacer solos -- claro que si.
El tiempo malo llega solo es un refrán muy común en nuestra cultura. No se que tan verdadero es. Pero si se que el Señor permite que sucedan cosas para hacernos llegar a El. Llego nuestro tiempo malo, tocamos fondo. Quien esperaba pacientemente nuestro grito nos dijo ¡¡Basta Ya llego la hora. Vengan a MI!! Nos llamo en nuestro momento más oscuro. Las cosas no estaban bien, nosotros no estábamos bien.
Quien esperaba pacientemente que nosotros gritáramos era…Jesús. Hoy puedo mirar hacia atrás y ver que hicimos mal en comenzar una unión sin Dios. Hoy me doy cuenta que nos hizo falta lo mas importante en nuestra unión. Nos hizo falta hacer a Dios nuestra prioridad lo más importante de nuestra unión. Sabíamos que Dios es importante pero nunca entubó en primer lugar en nuestra unión. No supimos unirnos a El cuando nos casamos. Equivocadamente pensamos que solo podíamos, que estábamos preparado para escalar las montañas solos. Que ingenuo fuimos.
El Señor nos invito tantas veces tantas señales que nos envió y todas fueron ignoradas, todas. Nos dejamos llevar de las cosas del mundo. Nos llenamos del mundo pero nunca fue suficiente. El vació que había en nuestro corazones solo lo podía llenar Jesús.
Cuando yo recibí a Cristo Jesús como mi Señor y Salvador, El Espíritu Santo puso en mi corazón que tenia que restaurar mi familia, tenia que ayudarlos a sanar, a perdonarnos, acércalo mas a Dios. Es mi responsabilidad como Madre instruir a mis hijas en las cosas de Dios. Hoy lo hago con mucho orgullo. Hoy puedo decir que mis hijas han recibido al Señor como su Salvador. Son soldaditas que están guerreando por Su Reino.
Gracias Padre Celestial por elegirme, Gracias padre por esperar todo este tiempo por mí. Gracias Padre porque yo confió en ti y se que tu vas a restaurar y sanar mi familia. Gracias por llamar a cada miembro de mi familia, y como dice La Palabra yo y mi casa te serviremos. Padre, purifícanos, lavanos, renuévanos, restáuranos. Padre yo se que tu estas haciendo el trabajo y que todo será a Tu tiempo no el mío. En tus manos me pongo yo, mi matrimonio y mis hijas. Reconozco que no puedo escalar montañas sola pues hoy tengo un ejército a mi disposición el ejército de mi Padre --- Pues mi Padre es Dios de los Ejércitos. ¡No estoy sola nunca mas lo estaré!
Gracias Padre porque nos regalaste a Jorge y a mi una familia bella e hijas muy buenas. Gracias padre porque todo lo que nos diste fue por tu misericordia. Gracias Padre por la paz en medio de la tormenta Gracias por sanar mi corazón.
Que siempre sea Dios primero.
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