Wednesday, September 22, 2010

Un Pacto con Dios (dieciocho años despues)



Hoy se cumple mi pacto con Dios. Hoy mis tres hijas ya son mayores de edad. Gracias Señor mío, Rey mío, Dios mío. Gracias Padre Celestial. Gracias porque tu siempre cumple tu palabra. Gracias por poner en mi el recuerdo de este pacto pues a veces no entendemos el porque de las cosas pero tu siempre tiene un propósito.

Gracias Padre mío por regalarme a Ambar y gracias por permitirme verla cumplir sus dieciocho años. Gracias Señor Jesús por protegérmela, gracias mi Señor, mi Rey por entrar en su vida, gracias mi Dios por escogerla para Tu Reino. Gracias Padre por permitir tanto amor para ella y de ella.

En el año 1993 cuando mis niñas eran aun muy pequeña tuve un accidente automovilístico y necesite intervención quirúrgica en dos ocasiones en ese mismo año.
Cuando fui al hospital la primera vez sin poder moverme de la cintura para abajo temía que había quedado paralítica. Le pedía al Señor que no permitiera esto, pues mis hijas estaban muy pequeñas y me necesitaban mucho. Las edades de ellas eran Sara (6 años) Yamiris (3 años) y Ambar (6 meses). Cuando me sacaron de casa en la camilla para llevarme en ambulancia al hospital, mire hacia atrás y vi a mis niñas parada en la puerta con lágrimas de angustia. Angustiada porque alguien se llevaba a su mama, a su mama le pasaba algo y ellas no lo entendían. Esa escena se grabo en mi mente y la lleve conmigo al hospital. Ore con tanta intensidad durante mi estadía. Le pedía un pacto a Dios. “Dios mío permite que yo salga de esto, tengo que regresar a cuidar a mis niñas”. Llegue a rogarle a Dios que permitiera que yo viviera hasta que mis hijas fueran mayores y supieran cuidarse sola.

Cuando entre a la sala de quirófano sentí mucho miedo porque había sido intervenida tres veces anterior pero esas intervenciones aunque mayor eran intervenciones con un premio y sabía que eran necesarias para darle la vida a mis hijas. Ahora iba rumbo a una intervención que iba a determinar si caminaría o no y había un alto riesgo de que muchas cosas fueran mal. Antes de recibir la anestesia le pedía a mi Dios misericordia, “Dios mío estoy dispuesta a irme si es tu deseo que me vaya pero Padre mío tu sabes que mis niñas me esperan y yo solo te pido que me deje llevarla a su mayoría para que ellas se puedan cuidar solas”. Sentí en mi alma que el me daría lo que yo le pedía. Auto- revisándome hoy entiendo que mi accidente tuvo un propósito. Ese propósito fue la manera de que Dios me mostró que era importante en mi vida. El me había regalado tres almas para que yo la custodié y me hizo entender que si no ponía mi fe en El no podría hacerlo. Que vendrían pruebas fuertes y yo tenia que aferrarme en El. Dios me llamo en ese entonces y yo no quise responder. Pero siendo El quien es me dejo que yo siguiera hasta un día que ya no pude ignorar su llamado.

Padre mío gracias por no olvidar mis suplicas, gracias por cumplir mi pedidos, gracias por tu misericordia. Gracias Padre por mi vida, mi salud y la oportunidad de ver a mis hijas crecer y sobre todo gracias por la oportunidad de que ellas recibieran Tu Hijo y Tu Espíritu.

Padre mío derrama muchas bendiciones sobre Ambar y cuida de ella siempre hazla un instrumento de Tu Reino y permite que ella siga dando amor a todos los que se acerquen a ella. Padre mío que su vida sea para servirte a Ti y ganar almas para Tu Reino. Te lo pido en el nombre de Tu Hijo Jesús.

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