Buenos Dias,
Hace mucho que no hay nueva entrada en el blog discúlpenme.
Hay tantas cosas que contar y tan poco tiempo en cual hacerlo. Un pequeño testimonio:
Mi jefe principal se fue de la compañía en agosto del año pasado y con su partida el departamento se desintegro. Todos comenzaron a buscar nuevas posiciones de trabajo y a preguntar se ¿y ahora qué? El departamento se redujo de 300 empleados a 30 más o menos. Se palpaba una energía muy pesada en la oficina, y estábamos previstos que el contracto que la compañía tenia con el edificio ubicado en Park Avenue se expiraba en diciembre del año pasado. La moral estaba por el piso. Había curiosidad de cuanto seria el ultimo día de trabajo y quien se iría próximo.
Durante todo este proceso, yo solo decía estaré viniendo hasta que me digan ya no te necesitamos entonces veré que hacer. Me aconsejaban que buscara donde trasladarme antes que esto sucediera que me iba a quedar sin trabajo. En mi interior yo estaba segura que eso no iba a suceder puesto que Dios mismo fue que me llevo a ese trabajo, yo no lo había buscado a mi me habían solicitado trabajar para ese departamento, y todos estaban satisfecho con mi forma de trabajar, Gracias a Dios por darme esa habilidad de desempeñar mis labores satisfactoriamente. Siempre hago mi trabajo con orgullo y tomo mis deberes muy en serio.
Sin yo darme cuenta unos de los jefes que quedo en el departamento hacia diligencias para colocarme en una posición dentro de la misma compañía pero en otro departamento. Yo no esperaba que esta persona me ayudara jamás pues en varias ocasiones nuestras personalidad habían chocado y en realidad yo trataba de no intercambiar mucho con él a menos que no fuera para hacer mi trabajo. El Señor uso a esta persona para mostrarme que el cuida de los suyos.
Un día recibí una llamada de la oficina de Wall Street informándome que un ejecutivo global bastante alto en la compañía quería conocerme porque el tenia necesidad de una asistente ejecutiva. Yo felizmente accedí e hice los arreglos para asistir a la entrevista. Llego el día de la entrevista y me llamaron a las 8:30 am para decirme que la posición que me había ofrecido se la iban a dar alguien interno y me ofrecían a mí la de esa persona, Esa persona era la recepcionista del departamento. Yo le di las gracias y le dije que absolutamente no me interesaba ser recepcionista cuando yo tenía tantos años de experiencia. Ella me dijo bueno era solo para que no te quedara sin trabajo. Le di la gracias de nuevo y le dije mantén mi contacto y cuando haiga una posición de acuerdo con mi experiencia llámame.
El jefe que me hacia las diligencias del trabajo me llamo a su oficina quince minutos más tarde y me preguntó, alguien te llamo de Wall Street hoy o ayer, yo sorprendida, no sabía que él estaba interesado de mi entrevista, le dije si alguien me llamo tenía una entrevista hoy a las cuatro de la tarde pero se barajo puesto que la posición ya está ocupada. Le explique mi intercambio telefónico y como yo había dejado la situación. Me dijo eso no puede ser a mi me aseguraron que te iban a entrevistar a ti. ¿Qué? ¿Quién se lo aseguro si yo ni siquiera sabía que usted estaba enterado que yo iba a entrevistar? Bueno me explico que tenía que hablar con el ejecutivo y luego me hablaría a mí. Me llamaron de la oficina de nuevo y me pidieron mil disculpa por el “mal entendido” La posición estaba abierta y el ejecutivo me quería ver a las 4:00 pm como habíamos acordado acepte y fui a la entrevista. Escuche las disculpas de nuevo por el mal entendido y las acepte (aunque yo sabía muy bien lo que había pasado y sabia que estaban haciendo un reparo de danos cometido pero bueno, me resigne a la voluntad de Dios)
Al llegar a la entrevista me sentí muy confiada y me pude desenvolver muy bien con todos los que entrevistaron. Quede muy impresionada con el equipo y ellos conmigo, y mis referencias. Me ofrecieron la posición, resulta que mi jefe nuevo es amiguísimo de mi antiguo jefe, y por eso la recomendación y la certeza que yo podía desempeñar el papel de asistente ejecutiva.
Dios me dio varias lesiones con esta situación, unas de ellas es que mi socorro siempre viene de El. Otra es que El decide lo que a mí me conviene y como me lo hace llegar, no yo. No es por mis fuerzas ni con espadas, es con su santo espíritu. Esta son lesiones fuertes porque yo siempre me he creído en control siempre he resulto mis situaciones (Dios me permitió esos pensamientos por muchos años pero ahora me ha hecho saber que todo lo que tengo todo lo que soy es porque El lo permite o me lo da)
Gracias a mi Dios por poner el deseo de ayudarme en el corazón de mi jefe. Gracias mi Dios por hacerme parte de un grupo trabajador y profesional. Es un placer venir a trabajar todos los días aunque el trabajo es intenso me siento conforme porque Tú me has dado la seguridad que yo lo puedo hacer. Me ha dado la sabiduría para desempeñarme de una manera profesional y eficaz Gracias Padre por tu misericordia conmigo y gracias por tu amor. Gracias por cuidar de mi y de los míos Padre Santo. ¡¡A Ti toda la honra y toda la gloria!!
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