¿Es Dios Brasileño? Los Cariocas (habitantes de Rio de Janeiro) afirman que si. Porque ello saben que Dios los ha bendecido con riquezas natural inmensa. Solo hay que ver todas las maravillas que Dios hizo en Brasil. Una de ella Corcovado.
Buscando fotos para subir al blog se me ocurrió usar las del Cristo Redentor de Rio de Janeiro. Este colosal Cristo, de 38 metros de altura y 1.145 toneladas de peso, es el orgullo de todos los brasileños, pues desde su cerro los abraza y protege con ese gesto que tan famoso ha hecho su silueta de brazos abiertos. Y allí, desde el Corcovado, el más imponente cerro que rodea a Río de Janeiro, a 750 metros de altura, y con las famosas playas de Copacabana, Ipanema, Leblon, Barra do Tijuca y Sao Conrado, a sus pies, el Cristo Redentor parece llamar al mundo a la Paz, al Hermanamiento y al Amor.
Cuando uno sube a Corcovado se siente la grandeza de Dios, se siente que Dios le dio tanto riquezas a este país tanta belleza natural tanto de que agradecer. Subir a Corcovado y mirar asta donde la vista nos lo permita mirar es asombroso. La paz que se siente en una ciudad tan violenta la belleza que se ve a pesar de la pobreza, solo Dios, solo Dios lo puede hacer. Cuantas bendiciones derramo Dios en Río bueno en todo Brasil, pero yo solo conozco a Río.
Me impacto tanto Corcovado porque desde allí se aprecia la grandeza de Dios en las cosas que el hizo para su pueblo. A veces nosotros no apreciamos lo que El nos ha dado. Yo me pregunto en que pensaba Dios cuando hizo tantas montañas tan bella, las playas, el aire, La Amazona, las plantas y toda la riqueza natural de Río. Estoy segura que quería que agradeciéramos lo que el nos regalo. Quería que lo cuidáramos y que le diéramos gracias por su misericordia para con nosotros.
Debemos ver a dios en la naturaleza y apreciar las cosas pequeñas que El nos regala. Cuanta veces tomamos tiempo para decir gracias Dios mío por hacer las playas tan ricas, gracias Dios mío por esta vista tan hermosa por este aire tan fresco, por este mango tan dulce por los cocos, por toda las frutas tan rica y todo lo que tu nos regala. ¿Cuanta veces tomamos tiempo para oler una rosa, para disfrutar del sonido del mar?
Estando en Brasil me di cuenta que los Brasileño cuidan mucho su riqueza natural y se sienten muy orgulloso de lo que el Señor le ha dado. Llevémonos de ese ejemplo. Y comencemos a darle gracias a Dios por tantas cosas que el nos regala.
La foto de mi perfil fue tomada en Corcovado un poco más abajo del Cristo.
Yo le doy las Gracias a mi Señor por llevarme a Corcovado y permitirme conocer a Río de Janeiro también por darme un amor tan fuerte por Brasil. ¡¡Dios mío, Rey mío gracias por hacer a Río tan Bello!!
Buscando fotos para subir al blog se me ocurrió usar las del Cristo Redentor de Rio de Janeiro. Este colosal Cristo, de 38 metros de altura y 1.145 toneladas de peso, es el orgullo de todos los brasileños, pues desde su cerro los abraza y protege con ese gesto que tan famoso ha hecho su silueta de brazos abiertos. Y allí, desde el Corcovado, el más imponente cerro que rodea a Río de Janeiro, a 750 metros de altura, y con las famosas playas de Copacabana, Ipanema, Leblon, Barra do Tijuca y Sao Conrado, a sus pies, el Cristo Redentor parece llamar al mundo a la Paz, al Hermanamiento y al Amor.
Cuando uno sube a Corcovado se siente la grandeza de Dios, se siente que Dios le dio tanto riquezas a este país tanta belleza natural tanto de que agradecer. Subir a Corcovado y mirar asta donde la vista nos lo permita mirar es asombroso. La paz que se siente en una ciudad tan violenta la belleza que se ve a pesar de la pobreza, solo Dios, solo Dios lo puede hacer. Cuantas bendiciones derramo Dios en Río bueno en todo Brasil, pero yo solo conozco a Río.
Me impacto tanto Corcovado porque desde allí se aprecia la grandeza de Dios en las cosas que el hizo para su pueblo. A veces nosotros no apreciamos lo que El nos ha dado. Yo me pregunto en que pensaba Dios cuando hizo tantas montañas tan bella, las playas, el aire, La Amazona, las plantas y toda la riqueza natural de Río. Estoy segura que quería que agradeciéramos lo que el nos regalo. Quería que lo cuidáramos y que le diéramos gracias por su misericordia para con nosotros.
Debemos ver a dios en la naturaleza y apreciar las cosas pequeñas que El nos regala. Cuanta veces tomamos tiempo para decir gracias Dios mío por hacer las playas tan ricas, gracias Dios mío por esta vista tan hermosa por este aire tan fresco, por este mango tan dulce por los cocos, por toda las frutas tan rica y todo lo que tu nos regala. ¿Cuanta veces tomamos tiempo para oler una rosa, para disfrutar del sonido del mar?
Estando en Brasil me di cuenta que los Brasileño cuidan mucho su riqueza natural y se sienten muy orgulloso de lo que el Señor le ha dado. Llevémonos de ese ejemplo. Y comencemos a darle gracias a Dios por tantas cosas que el nos regala.
La foto de mi perfil fue tomada en Corcovado un poco más abajo del Cristo.
Yo le doy las Gracias a mi Señor por llevarme a Corcovado y permitirme conocer a Río de Janeiro también por darme un amor tan fuerte por Brasil. ¡¡Dios mío, Rey mío gracias por hacer a Río tan Bello!!
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