Hoy es día de agradecimiento en Jesús Salva mi Familia. Me encanta leer los coreos el día jueves, pues todo damos gracias a Dios por toda la maravilla que el hace en nuestras vidas.
Mi agradecimiento al Señor:
Hoy quiero aprovechar y dar gracias a mi Padre Celestial por hacerme una hija de El. Por darme el don del perdón. Por sanar mi corazón de tantas heridas y tanto desamor. Por darme la fuerzas para levantarme todas las mañanas y empezar de nuevo. Gracias padre por quitar mis dolores y permitir que yo me gane la vida de una manera honorable. Gracias padre por mi trabajo porque me llevaste de la mano a un lugar donde me siento valorizada como hija Tuya, hija de un Rey y donde yo contribuyo mis talentos con muchos deseos. Padre te doy las gracias eternamente por darme el don de ser madre. Gracias por dejarme custodiar de tres bella jóvenes quien Tú llenaste de amor, y todos los días de su existencia me dan de ese amor que Tú le regalaste por montón. Gracias Padre por confiarme que mis esfuerzos no son en vano. Gracias padre por la protección derramas sobre ellas. Gracias padre por darme las fuerzas para luchar por ellas y ayudarlas a forjar sus vidas para tu agrado y tu honra. Gracias Padre por tu inmenso amor, por tu misericordia y bondad conmigo. Gracias Padre por traer a mi vida gentes que me aman a pesar de… gracias Señor por mostrarme que yo tengo un valor inmenso para Ti. Gracias Padre por esta semana de ayuno. Padre mío gracias por reafirmarme la promesa que me hiciste, esa promesa que traje conmigo desde el vientre de mi madre y que yo recitabas desde muy niña con tanta certeza “yo nací para algo grande, yo tengo un propósito en la vida”. El propósito de mi vida es servirte a ti Padre Amado, Gracias por escogerme Padre Celestial. Gracias Padre por poner esa frase en mi corazón cuando me enviaste al mundo porque esa frase me sostuvo por muchos años, cuando vivía como José (una esclava en tiempos modernos) esa frase me sostuvo. Esa frase me cuido de los problemas durante mi adolescencia. Me mantuvo lejos de las drogas lejos del alcoholismo lejos de la promiscuidad. Esa frase me mantuvo lejos de la depresión y enfermedades mentales. Me sano el corazón cuando mi madre me contó que trato de toda forma que yo no viniera al mundo. Me fortaleció cuando creía que todo se acababa y que estaba sola en la vida. Gracias Padre por separarme para ti. Gracias por las lagrimas porque ellas sanan mis heridas. Gracias Padre porque tu me confirmaste esta semana que tu me esta cumpliendo esa promesa. Gracias Padre por regalarme Tu Santo Espíritu. Gracias Padre por regalarme el don de descansar en El Espíritu. Gracias padre por revelarme que yo tengo derecho a ser amada como tu lo destinaste para mi. Gracias Padre porque se que toda promesa que tu hace la cumple a Tu tiempo. Gracias padre por corregirme una y otra vez cuando me desvió cuando quiero hacer las cosas por mi misma. Gracias padre por decirme que no tenga miedo tantas veces. Gracias por darme la habilidad de verle salida a todo problema. Gracias por poner en mi -- confianza en Ti. Te doy gracias infinitamente Padre por silenciar mi alma para que pueda oírte… gracias padre por enseñarme a oír tu voz gracias Padre Santo. Te amo y confió en Ti Padre Amado.
Les comparto esta hermosa oración
de: P. Javier Leoz
¡Tócame, Señor!Para que oyendo, como Tú quieres,
sepa escuchar con nitidez lo que me dices.
Y si a veces, Señor, vuelvo la cabeza,
haz que, de nuevo, con la veleta de la fe,
me marques el sentido de mi vida.
¡Perdóname, Señor!
Cuando te escucho y finjo no haberlo hecho.
Cuando te escucho, y pienso que no es para mí.
Cuando te escucho, y me hago el sordo.
¡Tócame, Señor!
Porque, si me toca sólo la mano del mundo,
siento que me pierdo la mejor parte de Ti.
Creo apartarme del camino verdadero.
Escucho aquello que sólo a unos interesa.
¡Tócame, Señor!
Y despiértame de mi letargo espiritual,
para que, volviendo otra vez a Ti,
pueda entender que sin Ti,
todo es vacío, ansiedad y sufrimiento.
¡Tócame, de nuevo, Señor!
Porque, a veces, estoy demasiado tocado
por las manos de un mundo caprichoso,
de una sociedad corrompida,
de un ambiente que no me deja oírlo
que me produce paz y alegría sin límites.
¿Me tocarás, Señor?
Ábreme mis oídos, que te escuche.
Mis manos, que me dé.
Mis ojos, para que vea.
Mis pies, para que camine.
Mi conciencia, para que nunca te olvide.
Amén.
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